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lunes, 5 de abril de 2010

Regata a Panela

Oda al Tinto. Regata Baires - La Panela - Baires By Martin Corrales “Te tengo plan para el finde” rezaba el mensajito en mi celu. La verdad, había pensado que era alguno de los laburos copados que suele tener Luis para ofrecerme. Mas no; era re intentar cruzar la línea de largada y la de llegada de una regata en dobles. Antes habíamos tratado, pero sólo pudimos pinchar la primera de las líneas, la segunda bien gracias, ya que tuvimos que abandonar la Vuelta a Gorriti del año pasado cuando nos dejaba a pie el timón “de juguete” de Roberto. Panela, en el Tinto y en dobles... No tardé mucho en decidirme a aceptar de inmediato. Arrancamos los días previos a la fecha de zarpada con las consabidas listitas de faltantes, que por suerte y por todo lo que se ha trabajado antes en el Tinto, no son extensas. Este buquecito está siempre listo, como un buen Boy Scout, para navegar lejos. Ya el día de la zarpada abordamos bien temprano, teníamos varios turnos tomados que debíamos cumplir. Turno con la lancha del club que haría las veces de remolcador hasta el varadero, ya que el Volvo anda con ganas de jubilarse y funciona muy a desgano. Turno para lavar el fondo y turno con el Tequila de Gus Maver, que corría también en dobles con el Negro César como co-skipper; ellos nos llevarían a remolque hasta dársena si Eolo no se presentaba por la mañana. Así, navegando en un velero puro, como los de antes me sentía mas cerca de los Grandes Navegantes de antaño. Creo injusto que al llamarlas a éstas regatas en dobles, se deje de lado la presencia del barco; que es al final de cuentas el único que trabaja a tiempo completo, mayormente sin chistar. Ya bien lo decía Berna, “Quien no comprenda que un barco es un ser vivo, nunca entenderá nada de los veleros ni del mar” Podría decirse que es un ser compuesto, el barco en sí mismo aporta el cuerpo de ese Ser Vivo, mientras que la tripula que lo navega forma su Alma. El Tinto tiene un buen cuerpo y un gran Alma, formada por acciones y sentires de todas esas personas con buena vibra que Luis sabe conseguir como tripulantes. Buena combinación que nos lleva a querer volver siempre. Volver a correr, a navegar o a pasar unos días en algún puerto. Llegamos temprano a Dársena, que de a poco se iba poblando con la mayoría de los barcos que serían de la partida. Así quedamos amarrados al lado del Náutico con los amigos de siempre y del Tequi que se preparaba para correr su primer regata en dobles. Se dio el top de largada en medio de una calma profunda. Sin ofender a nadie y desde mi pequeño punto de vista, acá el Oficial de Día se equivocó feo. Es verdad que al ser una regata de crucero hay que lidiar con la condición que toque, pero en esta largada gran parte de la flota no pudo cruzar la línea antes que se cumpliera el tiempo máximo establecido. Ellos (los clásicos todos, Náutico incluido) quedaban fuera de competencia antes de empezar.. Por radio escuchamos como el Tequila llegaba a largar muy con lo justo, pero por suerte llegaba nomas. Nosotros largamos muy bien gracias a la óptima aproximación que se mandó Luis y al Tinto, que andaba inspirado en esa calma traicionera. Así mates de por medio hacíamos las primeras millas, arrastrándonos vilmente frente al Riachuelo, pero manteniendo una muy buena posición entre los barcos grandes. Le hacíamos el aguante al Matrero 2 y le descontábamos al Matrero que largó antes que nosotros e iba a tripula completa. Se fue estableciendo un viento, que duraría por el resto de la regata; y dio de jeta para ir y popa para volver. Optamos por la táctica de cruzar a la costa uruguaya y ni Luis ni el Tinto ni yo pudimos ponernos de acuerdo en la mejor forma de negociar con esa ceñida, de las que no le gustan mucho al barco. Así caímos en una combinación poco feliz, ni buen ángulo de orzada ni buena velocidad. Luego llegaríamos a un acuerdo, llegando a La Panela.. “Al carajo pero con camino” es claramente el setup que mejor va en esa condición. La piedra a virar nos recibió con sol y brisa firme y fue un alivio esa derivada de 180 grados. Ya estaba pasada la maniobra del globo, izamos el tangón, subimos el spi y sólo nos dejamos llevar hasta dársena.. Lo que se dice tan fácil en la práctica nos llevó su buen rato de trabajo y unas cuántas calorías quemadas, que no tardamos en recuperar con una buena picada, un copioso y sabroso almuerzo pre-preparado por Luis (que no reemplaza a Peter, el Chef estrella del Tinto, pero lo suple muy bien) y unas Pilsen heladas, el champagne de las cervezas. Hasta aquí tenemos: Unas veinte horas de ceñida, pocas horas dormidas, la tensión de la regata.. y unas Pilsen. Que nos da? Siesta obligada por supuesto. El tema era que tripulante iba primero. Nada Tío! Luis a “descansar” en el cockpit, con almohadas y toda la vaina; y yo a tirarme adentro, con bolsa de dormir y todo; me faltaba el gorrito con pompón. Que el barco y Tito Raymarine se llevan bárbaro. Después de esa hermosa siesta me puse algo mas regatista y hasta trimaba el globo en mi guardia. Sacamos una trabuchada de manual de doblistas IMPEKE. El viento se cerró un poco a la vez que aumentó de intensidad y fue un placer reemplazarlo a Tito en el timón para sacar el mayor provecho de las olitas y esa brisa llena de energía que nos llevaba derechito a la meta. A esta altura me entendía perfectamente con el barco, el globo, la brisa y esa personalidad propia de nuestro querido Río de la Plata. Que placer me genera poder barrenar alguna ola con el Tinto, sólo en cubierta, sólo con toda la navegación, con todo el viento y con toda el agua del mundo para mí!, con todo lo que ellos tienen para enseñarme para luego poder compartirlo con esas personas que me resultan especialmente cercanas. Llegamos a dársena esquivando buques con el AIS a muy buena velocidad. Nico nos dio el Top, y así como quien no quiere la cosa, amarramos nuevamente en el peine del fondo. La Panela marcó mi vuelta a la vela, ya que venía de navegar a Brasil en un hermoso clásico, que siempre iba con el motor en marcha.. Gracias a Luis y gracias al Tinto por ello!, y por supuesto gracias a todos quienes fueron tripulantes conmigo en este bonito y querido barco al que siempre queremos volver. Y larga vida al blog del Tinto! donde te dejan firmar las notas como te venga en gana! Salute gente y “A navegar” se ha dicho. Atte. Aprendiz de Proel PD: Como la primer parte de la regata nos dedicamos a preguntarnos por que el barco caminaba tan poco y la segunda pierna básicamente descansamos de la izada de Spi en La Panela; las fotos brillaron por su ausencia. Pero sinteticamente Ud. puede imaginarse ir de jeta y volver con globo, con una cerradita del viento ya frente a La Plata, unas barrenadas a 14,5 Kts, unas comidas impecables de Luis, unos coquetos Paty listo de mi parte (nunca había cocinado esto en un barco). Una torta de manzana que no abordó, ni se cocinó nunca. Un tripulante con ganas de bajarse un puerto antes de dársena y un Capi dispuesto a llegar en solitario sólo para que yo llegara a un cumple..
Gracias por los relatos y las fotos Martin!!