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martes, 17 de marzo de 2009

Despedida del verano a Colonia y Riachuelo

Último fin de semana de febrero y nos fuimos César Espigares, Eduardo Weisbek, el Tano Macca, Pedro Voss, Agustín Carrau (importado de Uruguay) más Joaquín y Gustavo Maver que a último momento (para variar) decidieron ir en el Tequila de Gustavo para quedarse en Uruguay hasta el jueves. Salíamos el viernes a las 17:00 del CNSI para Dársena Norte a buscar a Eduardo y Pedro que embarcaban allá, pero el Tano de hacendoso nomás como no le alcanzaba el agua en los tanques le metió 10 litros de agua en el tanque de gas oil. Vaciar el tanque, limpiar los filtros, purgar, y volver a arrancar nos llevó un buen rato, pero todo salió bien. Salimos de Dársena a las 20:30, con un SE que se fue poniendo cada vez más picante, e hizo que los sándwiches de roquefort y atún que se le ocurrió traer a Eduardo empezaran a moverse como las olas. El SE subió hasta los 30 nudos y la mayor bajó hasta la segunda mano de rizos, y siempre con el G1 en la proa hizo que el barco navegara suave a pesar de las olas, y que después de mucho borde llegáramos a Colonia a la 1:30. Amarre al borneo, segunda tanda de los sándwiches de Eduardo y a dormir. Perfecta mañana de sábado, acompañada de un desayuno a lo Peter, huevos, tostadas, queso, etc, etc, etc. Para bajar el desayuno, y como se tapó el baño de popa (y nadie se hizo cargo) me tuve que ir al agua a destapar desde la banda el desagüe, tarea desagradable pero exitosa. Desagradable porque yo siempre uso el baño de proa o sea que nada de lo que salió me pertenecía! Mientras, Pedro, Eduardo y Agustín a la cabeza fueron acompañados por el distribuidor de Carrau en Colonia en busca de unas carnes, chorizos, morcillas dulces, pechito de cerdo y otras cosillas para el asado nocturno. Llegaron los Maver a las 14:00 que habían salido temprano desde San Isidro. Después de unos fideos preparados por el chef Pedro con hongos, tomates disecados y azafrán, todo acompañado por un rico tinto, salió la siesta y zarpada tarde hacia Riachuelo. Poco viento, pero linda navegada y mejor atardecer para llegar a Riachuelo con los 2 barcos a las 20:30 con el sol poniéndose a nuestras espaldas. El asado a la luz de las estrellas en el Tinto fue increíble!! Todos dormíamos a las 3:00 a pesar de los ronquidos de Pedro y Agustín cuando Eduardo, que dormía en cubierta nos despertó preocupado porque se venía una tormenta de aquellas! Rayos y relámpagos desde el W no parecía la gran tormenta pero como nadie quiso hacerse cargo del error, despertamos también a los Maver y corrimos el barco de bahía, y lo amarramos a tierra con varios cabos a tierra como si viniera el huracán. Por supuesto no pasó nada, y nos levantamos con un solazo, pero valió la pena todo el sacrificio para escuchar a Maver hacer el cuento de cómo había tumbado el gomón, con motor incluido a las 4:00 de la mañana cuando quiso tirarle un cabo a Joaquín y desestabilizó el bote. Espectacular! Estamos buscando la categoría para mandárselo a Ripley. Estas son las fotos de la secuencia de Maver contándolo a la mañana. Salimos a las 12:30 para Baires previa zambullida y despedida de los Maver en la playa de Riachuelo. Poco viento y del cuadrante predominante en esta zona ( de jeta, obvio) nos obligaron a apoyar con motor. El menu de Pedro muy elegante, después del copetín, sándwiches de atún, mayonesa, azafran y …alcaparras, espectaculares. Todo con un sol y temperatura de primera hasta que sobre el W se empezó a armar un Pampero de aquellos mientras se escucha por el CH16 todo lo que estaba pasando en Buenos Aires, con la PNA que no daba abasto para socorrer a tanto barco que pedía auxilio. Nosotros mientras muchas conversaciones con los que teníamos cerca, el Surya, los Mystic del Náutico, la Costera San Isidro, y el Misteriosa que navegaba a media milla nuestra, a ver quienes seguían y quienes se refugiaban en el puerto. Habíamos pasado Farallón, y ya no daba para volver al puerto de Colonia, con lo que amarineramos el barco, trajes de agua, salvavidas, arneses y a bancar. César, Eduardo y yo afuera, y los demás a guardarse. El primero de los Pamperos pasó como a las 15:30 con mucha lluvia y la ráfaga que llegó a los 35 nudos, pero sin nada de ola ni de visibilidad, dejamos de ver hasta el Misteriosa que mide 60 pies y estaba a sólo 500 metros. Velas abajo y motor a media marcha se llevó perfecto, salvo la mojadura. Media hora y estábamos secando los trajes de agua al sol, y otra vez en traje de baño. A las 18:00 y ya cruzando el canal Mitre, y sin nada de agua nos volvimos a poner los trajes de agua, por suerte secos. Otro cifonazo, y el segundo Pampero llegaba, aunque con menos potencia y duración. La vistas de Buenos Aires debajo de la tormenta, y con el cigarro encima metía miedo. Empezamos a buscar como sortear el canal Costanero pero tuvimos que esperar atrás de la boya del km 19 a que creciera. Por suerte el Alegre estaba varado en el km 20 y nos iba indicando la altura de marea. A las 20:00, y cuando ya oscuro se venía el tercer Pampero de la tarde pudimos pasar y llegamos a la amarra con otra lluvia, pero sin problemas.